viernes, 2 de diciembre de 2011

el lago de origen volcanico

El Lago de Yojoa, como conocemos hoy a la antigua Laguna de los Lagartos, es el único lago de origen volcánico de Honduras y la mayor reserva de de agua dulce con que contamos. Su riqueza es tal, que en el año 2005 fue reconocido como Humedal de Interés Mundial por la ONU, a través de la Convención RAMSAR. De fácil acceso a través de la Carretera del Norte, El Lago se encuentra a una hora y minutos de San Pedro Sula o a tres horas de Tegucigalpa.

La Subcuenca del Lago de Yojoa comprende un área de 43,600 hectáreas, ubicada en los departamentos de Santa Bárbara, Cortés y Comayagua. Comprende un lago y su entorno, dentro de los cuales se han identificado 13 diferentes tipos de humedales y algunos ecosistemas únicos, como la montaña de Santa Bárbara, la montaña caliza más grande de toda Centroamérica.

Aunque no lo parezca, cerca de 800 especies distintas de plantas crecen en los alrededores; cantidad que equivale aproximadamente, al 10% de la flora nacional. Con tantas plantas distintas, no es de extrañar que 407 especies diferentes de aves vivan en o cerca de ellas. Ese número equivale al 55% de todas las aves de Honduras. Y ya que estamos hablando de cantidades, entonces digamos que se han identificado 54 especies de mamíferos y 72 especies de reptiles. (Esto representa el 23 y el 43%, respectivamente, de los grupos nacionales de estos animales).

¿Por qué existe tanta vida en Yojoa? Una respuesta es porque los humedales, llenos de agua, proporcionan la vida. La subcuenca del lago es una de las zonas del país donde más llueve, producto en gran parte, de los bosques que crecen en su perímetro. Debemos recordar que al lago lo custodian dos parques nacionales; la Montaña de Santa Bárbara y Cerro Azul Meámbar. Ambos parques están protegidos por las leyes y en sus altas montañas, se gestan una buena parte del agua que nutre al lago.

Tanta flora y agua, sirve de refugio temporal a numerosas especies de aves migratorias que viajan a estas tierras durante los meses de invierno en los países de América del Norte. La zona es un verdadero “Hot Spot” para los amantes de las aves.

Pero esta riqueza no es nueva; viene desde tiempos inmemoriales. En 1934, se realizaron las primeras investigaciones de lo que parecía ser, en un primer momento, una ciudad maya desconocida a orillas del lago. A partir de ese momento, científicos norteamericanos, franceses, mexicanos y hondureños han estudiado lo que con el tiempo se denominó Los Naranjos, quizá, la ciudad precolombina más grande en Honduras, después de Copán.

El sitio arqueológico posiblemente de origen pre-lenca, guarda una historia de por lo menos, 2,800 años de antigüedad y nos confirma que ya antes de Jesucristo, los primeros hombres hondureños vivían y gozaban a orillas del lago.

Pero como siempre, el valor más importante del lago de Yojoa que sigue sin ponderación es su valor escénico. Pocas personas se han tomado el tiempo para pasar una tarde en sus orillas, o a bordo de una lancha en el interior del espejo de agua. Si alguna vez, decide botar las aspirinas y los calmantes para buscar mejores medicinas naturales (y gratis), no se olvide de Yojoa. Es un verdadero regalo de la naturaleza.

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